Después de un intenso verano ,en el que la calor ha sido la verdadera protagonista, aprovechamos para hacer nuestra primera escapada otoñal y encontrarnos de nuevo con el aire fresco, los colores dorados que empiezan a ser el telón de los campos del país y saborear caprichos como las castañas o las calabazas.
Encuéntrate con la nada
A primera vista cuesta creer que sea sencillo encontrarse con la nada. Sin embargo, la podemos encontrar a unos treinta minutos en coche de la ciudad de Alicante.
Olvídate de las calas famosas que hay en la capital, sus pueblos costeros de paredes encaladas o sus hogueras. Aléjate por las sinuosas carreteras secundarias y piensa en un ambiente completamente diferente donde la masa de árboles se extiende hasta donde pueda llegar la vista.
Sus árboles, sus montañas, sus estrellas. Ahí reside la magia de Glamping finca Les Coves.
El hygge hecho realidad
Llega el fresquito, los pulmones se llenan de aire puro y el olfato se agudiza con el olor a madera de los pinos. Además a nosotros nos espera una cabañita de estilo escandinavo para hacer nuestra paz realidad. Solo nos faltaría unos rollitos de canela, un jersey estampado y un café para sentirnos como en Suecia.
Aparcamos las maletas en la entrada y nos impregnamos del ambiente. La madera noble como principal material en su interior que nos recuerda exactamente donde nos encontramos: en una cabaña en mitad del bosque con todo lujo de detalles.
Por otro lado su estilo minimalista nos ayuda a despejar la mente y hacernos sentir como en casa. Cada rincón está despejado de objetos inservibles y sin valor. Simplemente encontrarás detalles que aportan personalidad propia entre la paleta de blancos y marrones abarcan casi todo el interior.
Y por último, y cambiando el dicho… más importante encontramos un porche con unas tímidas luces que crean un ambiente inigualable con vistas al pueblo de Xixona y su exuberante naturaleza. ( PD: La mayor parte del tiempo la pasamos aquí)
Ganas de planear, planear y planear
Nada más poner un pie en la cabaña ya nos cuenta miles de historias y lo feliz que ha tenido que hacer a mucha gente. De hecho, está cabaña es sinónimo de planes, planes y más planes.
De primeras nos viene a la mente planear una buena barbacoa cocinando en pareja, pero también disfrutar de un paseo por la montaña recolectando flores para prensar e inmortalizar el momento o planear un momento de relajación haciendo yoga a primera hora de la mañana.
Y cuando llega la noche, los planes no se acaban. Todo lo contrario: el plan que más felices nos hizo fue disfrutar de las noches viendo la saga de Harry Potter con frutos secos, manta y un infinito telón de estrellas en uno de los cielos más limpios que recordamos haber visto.
¿Suena bien verdad? Estamos seguro que cuando entres en ella la inspiración se apoderará de ti y sabrás como aprovechar de cada momento.
El cariño se mide en hectáreas
Sinceramente fue un placer poder olvidarse de todo y hacer que el resto del mundo desapareciera. Tan solo tuvimos a uno halcones como vecinos durante los tres días y ni un solo ruido que rompiera nuestra burbuja. Ni siquiera tuvimos la necesidad de hacer planes que no fueran improvisados en el momento, ni salir más allá de la frontera que crea el bosque entre la paz y la civilización.
Podemos asegurar que el cariño que han puesto Patrick y Annelein (sus regentes) se nota en cada una de sus 80 hectáreas y en las diferentes tipologías de viviendas que puedes experimentar. Cada una con su especial atractivo y haciendo que te impregnes de una experiencia inolvidable.
Además no solo ponen el cariño en forma de naturaleza y alojamiento, sino que la gastronomía, el deporte, el agua y las mascotas también están presentes y son bienvenidos.
Compromiso con el entorno
Pero, ¿sabes qué es lo mejor de todo esto? El poder disfrutar de esas vacaciones sin generar ruido. Electricidad que proviene al 100% de la energía solar, piscina con purificación natural y arboles frutales en crecimiento para que los disfrutes.
Como ves, en este rincón del paraíso, las cosas funcionan de otro modo y es un claro ejemplo de que otra forma de turismo es posible. Evita las masificaciones, la excesiva planificación y déjate llevar por el ritmo slow.