¿Alguna vez haz dormido en un barco? ¿Quieres vivir una experiencia diferente en Barcelona? Echa un vistazo a nuestra experiencia a bordo.
Nada más llegar al Port Fórum contemplamos una multitud de barcos de un blanco impoluto, un mar infinito bajo ellos y un sol radiante. Parecía que nos estaban dando la bienvenida a lo que se convertiría en un fin de semana perfecto.
Echar el ancla para quedarse.
En el mismo bar del puerto, recogimos la caja fuerte cuyo contenido era una tarjeta del parking y las llaves de nuestro hogar por unos días. Nada más pisar el barco nos invadió una sensación de bienestar.
Dejamos las cosas rápidamente y empezamos a explorar todos sus recovecos, al igual que lo harían unos piratas que abordan un barco con cientos de tesoros (pero de forma calmada, claro está).
Servicios
Nos maravilló su interior en madera, su decoración cálida que te hacía no querer salir fuera, su hamaca para estar toda la tarde leyendo un buen libro o contemplando el ambiente náutico del entorno, y la cocina completamente equipada para que no eches de menos ninguna comida. Ah, y lo espaciaso que es, fuimos cuatro personas y ¡en ningún momento pensamos echar por la borda a nadie!
Además de su bonita terraza, de la cual hablaremos más adelante, ¡tenía parking gratuito! y con transporte público cercano para llegar al centro rápidamente.
Lo único que nos faltó fue un servicio de más bicicletas, ya que solamente tienen una disponible, por lo que a no ser que alquiléis otra por tu cuenta, nunca se va a poder usar.
Anochece en baja mar.
El sol comienza a descender mientras la iluminación del barco hace gala de su capacidad para transmitir un ambiente más relajado todavía. La vida en el puerto se desvanece y, entonces sientes el mar invitándote a descansar con su suave movimiento.
Dormir rodeados de agua y no oyendo más que el eco de lo que pudo ser una ola en algún lugar lejano, hace que te replantees si en otra vida fuiste un caballito de mar o un pulpo (eso según gustos).
Si vas en primavera o en verano, puedes subir a su terraza a disfrutar de las estrellas y una buena conversación entre amigos, sino.. tienen netflix que tampoco está nada mal.
¡Despierta, el dia comienza!
No hacía falta despertador. A pesar de las persianas, el sol, el mar y alguna que otra gaviota (además de nuestra ilusión por estrenar esa estupenda terraza) hicieron que a las 8:30h nuestros pies descalzos y nuestros ojos abiertos se pusieran a preparar todo para pasar toda una mañana allí.
Es uno de los mejores recuerdos del fin de semana: música tranquila, tostadas de crema de cacahuete, cojines bonitos, manta para buscar el confort que el rocío de la mañana aún no nos dejaba tener, unas cartas y buenos amigos. ¿Qué más se puede pedir?
A pesar de que la experiencia llegó a su fin, la magia del puerto de Barcelona se quedará con nosotros durante mucho más tiempo.
Este descanso marinero hizo que tuviéramos más ganas de descubrir entornos tan enigmáticos y especiales como éste.
¿Te apuntas a seguir descubriendo lugares diferentes con nosotros?